8 febrero 2015, Comentarios: 0

Autora: Mercedes Cano

 

Las empresas con mayor número de mujeres en su consejo de administración tienen unos mejores resultados financieros.

Esta es la conclusión de un estudio llevado a cabo por Catalyst, una organización con más de 50 años de trayectoria, que surgió en EEUU y que opera hoy en día a nivel internacional . Catalyst lleva a cabo estudios sociológicos y económicos para contribuir a aumentar las oportunidades de las mujeres en las empresas y trabajan para que la diversidad existente en la vida real, tenga reflejo en la vida de las empresas.

Utilizando la lista Fortune 500 que publica de forma anual la revista Fortune, el informe de Catalyst concluye que de estas 500 empresas estudiadas, el rendimiento financiero de aquellas que tienen un mayor número de mujeres en su junta directiva es significativamente mayor.

slider_photo_1Según encuestas publicadas, en España un 90% de la población cree que, en igualdad de competencias, las mujeres deberían estar representadas en condición de igualdad con los hombres dentro de los equipos directivos.

Un 30% cree que el Gobierno debería regular las cuotas por ley, incluyendo sanciones para quienes no cumplan.

Sin embargo y a pesar de que el 60% de las personas que se licencian en las Universidades son mujeres, a pesar de que el 70% de las personas que ganan puestos por oposición son mujeres, a pesar de que según los estudios publicados, el rendimiento financiero de las empresas con un equipo directivo equilibrado entre hombres y mujeres, es un 56% superior a aquellas que no tienen ninguna mujer en puestos de responsabilidad, la realidad es que solo un 17% de los puestos de consejos de administración están ocupados por mujeres.

Hace relativamente poco tiempo que las mujeres nos incorporamos a la vida laboral en relación con los hombres y sobre todo hace poco tiempo que nos hemos ido incorporando a cargos de alta dirección

La ausencia de Modelos de referencia hace que exista la creencia limitante de que es más lógico que sean hombres quienes ostenten estos cargos. De este modo, aspirar a esos cargos directivos, ni siquiera forma parte de los objetivos de muchas mujeres.

Pero esta creencia no es la única ni la más poderosa. La que más limita el ascenso profesional de las mujeres es la que nos inculca que el ámbito de lo doméstico pertenece más a las mujeres que a los hombres.

Es muy significativo que a la hora de valorar la responsabilidad de la mujer en el mercado laboral, un 71% de los españoles cree que «las mujeres tienen menos libertad debido a su responsabilidad familiar».

Con este peso cultural sobre las espaldas no es extraño que, ante la dificultad para conciliar vida personal y laboral, las mujeres opten por no avanzar en sus carreras profesionales

Y para colmo, es algo que en demasiadas ocasiones, los varones suelen utilizar en contra de las mujeres: Limitado interés por alcanzar cotas de poder. Poco entusiasmo por promocionar.

Los cargos más altos dentro del nivel ejecutivo y de gestión son casi siempre considerados de tipo masculino. Se cree que para desempeñarlos adecuadamente se necesita una agresividad orientada al logro y una dureza emocional que son distintivas del sexo masculino , antiéticas para la visión estereotipada de lo que son las mujeres y para las normas basadas en el estereotipo de cómo deben comportarse .

Sin embargo frente al tradicional estilo de liderazgo basado en la fuerza, la dureza el autoritarismo y ejercicio del poder desde un férreo control, todas características típicamente masculinas, nace otro estilo diferente y más adaptado a esta nueva realidad que hace su aparición en escenarios cambiantes y poco predecibles, como el que vive la economía hoy en día.

Así, el nuevo liderazgo se basa más en estos otros principios: Cooperación, interacción, empatía, comprensión, intercambio de información, emocionalidad y apoyo. Todas ellas características muy presentes en el comportamiento femenino.

No se trata de que esta manera de liderar solo puedan ejercerla las mujeres, pero sí que resulta muy consistente con la manera en que los roles de género que la sociedad impone, ha hecho tradicionalmente que las mujeres se comporten, con lo que es algo que surge de manera muy natural en ellas.

A día de hoy, la experiencia y los resultados obtenidos, abren nuevos horizontes y posibilidades para que el número de mujeres en cargos directivos aumente y sirvan de modelo a las nuevas generaciones.

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